miércoles, febrero 27, 2008

El sueño elemento importante para nuestro desarrollo personal

El inconsciente y el consciente son dos conceptos que intervienen directamente en la definición de estado de SUEÑO y VIGILIA. Nuestra mente, actúa y se desenvuelve en los dos campos con total libertad de acción. Su verdadera naturaleza, su auténtica capacidad sigue siendo un misterio.

1.- El Consciente, el YO del individuo, nuestra tarjeta de presentación al mundo físico, utiliza LA RAZÓN Y EL INTELECTO como instrumentos para enfrentarse al mundo. Durante la vida de vigilia es el hemisferio izquierdo el que domina, aunque no completamente, desde su limitada capacidad. Como vehículo de expresión, EL CUERPO FÍSICO y sus CINCO SENTIDOS.

2.- El Inconsciente, que a su vez contiene el INCONSCIENTE PERSONAL del individuo y el INCONSCIENTE COLECTIVO del que se nutre toda la humanidad, se desenvuelve en el mundo astral. Utiliza la CONSCIENCIA EMOCIONAL como instrumento y el CUERPO ASTRAL como vehículo para desenvolverse en él. Aunque aquí aparezcan separados para su mejor comprensión, los dos interactúan sin cesar en nuestras vidas.

La consciencia racional es la punta del Iceberg de la totalidad del rico mundo subterráneo que incluye todo lo que somos y hemos experimentado en nuestras vidas. El inconsciente viene a ser como las raíces del árbol que, aunque oculto, nos permiten SER.

Los sueños son el puente entre el consciente y el inconsciente. Aprovechan el momento en que el consciente no puede controlar para manifestarse a través de imágenes y símbolos revelando aquéllos contenidos que puedan estar ejerciendo una influencia en la vida del soñador.

Los sueños permiten que todo ello se manifieste abriendo las compuertas de la totalidad de nuestra psique, liberando sin barreras lo que de creativo hay en ellas.

Los sueños toman de la enorme base de datos del inconsciente las claves que necesita para su resolución, sin que ningún tipo de barreras emocionales, temporales o intelectuales se lo impidan. Cuanta más comunicación haya entre los distintos niveles, más integrado y feliz se encontrará el ser humano. De todos es sabido la influencia que unos y otros tienen entre si: tensiones emocionales pueden producir úlceras de estómago, tomar algo que dañe el hígado por ejemplo puede bloquear temporalmente la imaginación creativa.

Los sueños nos devuelven la información al consciente de qué es lo que realmente se grabó en estado de vigilia. Esto nos influye en nuestro comportamiento posterior y condiciona nuestro carácter y forma de vida.

Cuántas veces hemos oído la influencia que tienen hechos del pasado en nuestro presente y que marcan poderosamente nuestra capacidad de vivir la felicidad o el sufrimiento. Para eso nació precisamente el PSICOANÁLISIS, para encontrar las razones de nuestros bloqueos. Muchos de ésos bloqueos se grabaron siendo niños o inmaduros, creando sistemas de autodefensa para no sufrir. Eliminando los bloqueos, accedemos al encuentro de nuestro yo más profundo.

Con la experiencia de las lecciones aprendidas, la vida en el plano físico pasaría a ser una escuela de crecimiento y gozo, en lugar de una sucesión de acontecimientos aparentemente fortuitos que nos hacen padecer. Nosotros elegimos cómo y cuando aprender, el exterior sólo nos devuelve el reflejo de lo que llevamos dentro.

La verdadera libertad se ejerce actuando en nuestro entorno desde nosotros mismos como soberanos de nuestra vida y no como seres influidos por el miedo, la indecisión, las circunstancias o la educación. Asi que si logramos que los sueños nos revelen la auténtica información acumulada en el inconsciente, habremos dado un paso de gigante en la comprensión espiritual del objetivo de nuestra encarnación del alma. Ésa información está ahí al alcance de nuestra mano de tal forma que, si entramos en una habitación y nos piden que describamos lo que hay detrás nuestro, poco podríamos decir que nuestros sentidos físicos y nuestro consciente hubiera percibido.
Ahora bien, si nos hipnotizaran diríamos hasta el más mínimo detalle de lo que hay en la habitación con una fiabilidad absoluta. Ésa facilidad de captación la tenemos TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS sólo que para su comprensión sería mucho más útil que fuera traída a nuestro consciente para su integración.

La comunicación entre las dos facetas de la psique es tan poderosa que infinidad de nuevas terapias han surgido en los últimos tiempos capaces de REPROGRAMAR el inconsciente de forma que elimine lo antiguo o lo sustituya por algo nuevo que nos beneficie. Por poner algún ejemplo es el caso de la Programación Neuro Lingüistica o las Afirmaciones que utilizan el lenguaje o la Visualización Creativa que evoca imágenes produciendo emociones positivas.

Utilizadas desde que el mundo es mundo están la meditación, que suprime la acción de la mente (ése parloteo constante con nosotros mismos) para recibir (pasivamente) directamente el conocimiento de la fuente más pura que es nuestro Yo Superior. Con la oración, nuestra alma se relaciona (activamente) con las diversas divinidades que no son otra cosa que el reflejo de nosotros mismos. Rezar es hablar con Dios, meditar sin embargo es crear un espacio para recibirlo.

La relación entre el mundo consciente e inconsciente también tiene vehículos de comunicación, lo que llamamos intuición es una forma de conocimiento directo en el que no entra para nada nuestra razón. Es una ráfaga de certeza tal que normalmente no podemos identificar de dónde salió. Nuestra educación nunca nos enseñó a sacar partido de esa sabiduría que está ahí para quien quiera utilizarla. No es extraño comprobar que una idea aparentemente novedosa se cree y desarrolle simultáneamente en lugares muy opuestos de nuestro planeta. Las ideas "vuelan".

Tomemos el estudio de nuestros sueños como una fuente de conocimiento y a la vez una valiosa forma de Autoterapia. Y lo que se consigue es que las ondas positivas que emitimos al adquirir más sabiduría interna, influyen en nuestros semejantes como la piedra que arrojamos al lago. Cada una actúa en la siguiente, y ésta a su vez en la otra y así hasta el infinito.