domingo, diciembre 16, 2012

Grandes y pequeños sueños.


Jung distingue entre Grandes Sueños y Pequeños Sueños.
Los primeros son muy nítidos, nos dejan impresiones emotivas muy fuertes (vivencias numinosas), suelen estar acompañados de fenómenos de sincronicidad (coincidencia de los sueños con hechos objetivos posteriores: premoniciones, anticipaciones) y los recordamos por largo tiempo, a veces toda la vida. En ellos hemos tocado un arquetipo o muchos en red. Los segundos, los pequeños sueños, son más cotidianos, nos hablan de nuestro mundo de todos los días y los vínculos que con él establecemos.

Todo sueño es importante, pero los primeros aparecen cuando necesitamos conectarnos con lo que vinimos a hacer en el mundo, los segundos con lo que tenemos que hacer para el mundo. Como que tuviéramos que "pagar un peaje" y cumplir con el mundo (formar una familia, realizar un trabajo, pagar impuestos, hacer algo por el estado o el país) y luego ocuparnos de nuestra verdadera tarea, aquella por la que hemos llegado aquí en este momento y circunstancia. Si creemos en la reencarnación, la tarea por la que decidimos volver.

A esta tarea en el mundo, nuestro destino, Jung la llama el cumplimiento de todo lo que somos, nuestros potenciales y talentos, el desarrollo de todas nuestras posibilidades. La denomina también Sí Mismo o Yo Superior; y al proceso por el cual la vamos desarrollando, en el transcurso de nuestra vida, lo llama individuación (ser uno e indiviso, no dividido). Luego viene otra tarea aún más importante: La tarea con el mundo: todos nuestros talentos, ya realizados, deben "donarse" al mundo. Se transforman en dones. Mozart no escribía sólo para su gusto personal o el de unos pocos príncipes que lo escuchaban. Escribió su obra (la donó) en un pentagrama para que muchos pudieran ejecutarla y reproducirla.

Nuestros sueños pueden indicarnos en qué etapa estamos, si cumplimos con las tres posibilidades y nos alertan si descuidamos cualquiera de ellas. En nuestro mundo actual, rara vez coincide nuestro trabajo con nuestros talentos, hacemos la tarea que se espera y es necesario que hagamos para ganar algún dinero y sostener nuestra familia, nuestros hijos y a nosotros mismos, luego, si nos resta tiempo, dedicamos un espacio para la tarea en el mundo, lo que verdaderamente vinimos a cumplir. El trabajo se ha enajenado (se ha hecho ajeno a nosotros mismos). Si coincide con nuestros talentos hemos realizado nuestra vocación, somos afortunados. Si no lo fuere (es así en muchos casos) podemos compensar el "no hacer lo que se quiere" con la posibilidad de "querer lo que se hace".

Todos vinimos a expresar "amor" y es tan importante amar a nuestros hijos, esposa, familia, amigos, como a todo lo que nos rodea, aun a nuestros enemigos (tarea no fácil) porque allí encontraremos nuestra Sombra (aquello que no queremos ver de nosotros mismos). Muchas veces amar nuestra tarea, aunque pueda no gustarnos, no es fácil, pero alguien debe realizarla. Alguien debe ocuparse de llevar nuestra basura todas las noches.

Un "a-mar abierto" es difícil en un mundo que privilegia nuestras posesiones: mi mujer, mis hijos, mi familia, mi coche, mi dinero, mi casa.

Los grandes sueños, vocacionales, nos hablan de permitirnos compartir todo lo que tenemos y de realizar nuestro destino. El destino, posiblemente no quiera, ni puede, hacer todo solo; espera de nuestra coparticipación. No somos sólo por determinación, sino también por elección.

Nuestro libre albedrío nos permite unirnos a una creación infinita de múltiples mundos posibles. Posiblemente Dios no creó un Cosmos en un solo acto, lo va creando eternamente y posiblemente nos quiera a todos como colaboradores de esa creación infinita. Prestemos atención a nuestros sueños: ellos nos ayudan para este cometido: la posibilidad de estar en, para y con el mundo y permitir que nuestros talentos se transformen en dones para compartir.

martes, marzo 13, 2012

Significado y sus mensajes


Los mensajes contenidos en los sueños vienen expresados típicamente en forma de símbolos, que representan una idea, concepto o emoción que resulta difícil de expresar en palabras.

La presencia de símbolos es una de las razones por las que los sueños parecen tan misteriosos e incluso disparatados a la mente vigilante, pero en cuanto empezamos a descifrar este lenguaje simbólico, vemos que a menudo los sueños son profundamente significativos, que expresan nuestros sentimientos como sólo las artes como la poesía, la pintura y la música podrían hacerlo en estado de vigilia.

Los sueños surgen del inconsciente, y se valen de símbolos –una parte primitiva del lenguaje del inconsciente que precedió al desarrollo del habla-. Muchos de los símbolos empleados por los sueños son privativos del soñante, pues han sido formados a través de la experiencia. Otros, sin embargo, parecen ser más universales, procedentes de niveles compartidos de la mente inconsciente. Tales símbolos universales suelen estar relacionados con animales o fuerzas naturales.

Al trabajar con los sueños entramos en contacto con el lenguaje simbólico, que nos muestra una forma de ahondar más y más en el inconsciente, permitiéndonos embarcarnos en un emocionante (y a veces perturbador) viaje de conocimiento de nosotros mismos. Durante el trayecto podemos recibir cualquier mensaje, y su significado especial dependerá de nuestros esquemas, miedos y otros asuntos íntimos personales.

Muchos de los mensajes que recibimos en sueños están relacionados con las esperanzas, preocupaciones y ansiedades de la vida cotidiana. Las investigaciones han demostrado que los sueños de las mujeres tienden a centrarse en incidentes domésticos, mientras que los de los hombres suelen desarrollarse fuera del hogar. En cualquier caso, muchos sueños surgen de niveles más profundos de la mente.

Plantéese qué mensaje podría tratar de expresar cada uno de los sueños que recuerda. Pongamos por caso que soñó que conocía a alguien o que cortabna un árbol. ¿Qué le parece que podrían estar tratando de decir estos sueños?

En un sentido amplio, los sueños suelen estar relacionados con lo que podría ser, más que con lo que realmente es. A veces, los sueños parecen advertirnos de peligros, o alertarnos para que pensemos más detenidamente acerca de una determinada línea de conducta. El único mensaje claro es que los sueños son demasiado importantes para ser pasados por alto.