Es difícil hablar de sexualidad, sin tener que elegir las palabras que usamos para no molestar al que lee o escucha. ¿Por qué la mayoría de los términos vinculados a la sexualidad son considerados 'malas palabras'? Cuando decimos guerra, o asesinato, o robo o violencia, aunque no nos gusten, no pensamos que son malas palabras.
Los franceses cuentan con un lenguaje erótico que les permite construir enaltecidos relatos sobre el amor y conservar la poesía de las palabras más íntimas. Es que ellos se permiten, sacralizar el encuentro sexual, o por lo menos poetizarlo, ¿será que nosotros hemos perdido esa capacidad?
Los sueños no tienen inconveniente en hablamos de aquello que más tememos: la Locura, la Muerte, la Sexualidad. Cada noche, sistemáticamente, estemos sanos o no, construimos (o alguien construye) entre 10 y 15 pequeñas películas en donde dramatizamos situaciones» somos muertos o matamos, vemos morir a otros, tenemos encuentros sexuales con alguien que sería imposible o difícil en nuestra vida vigil (padres, hermanos, amigos, incluso enemigos, o desconocidos).
Freud habla del cumplimiento alucinado del deseo. Jung, de un lenguaje simbólico que representa la unión de partes nuestras que se están gestando o la muerte de algunas que ya cumplieron su cometido. Freud, con más insistencia en una libido sexual, Jung contemplando una energía general, que abarca tanto lo terreno como lo espiritual. Ambos se refieren a una energía que se expresa en ese espacio privilegiado de los sueños.
Todo sueño procura re-ubicamos cuando nos hemos alejado de nuestra meta en el mundo. Soñar encuentros sexuales con otras personas puede ser tanto soñar con partes nuestras que están representadas en el sueño por esas personas o bien indicamos algo pendiente con vínculos reales con las mismas. Todo vínculo implica un encuentro energético por lo que también soñar con alguien con quien hemos tenido trato en otros tiempos puede estar aludiendo a que un tipo de energía similar está actuando en un vínculo de hoy.
Nuestro mundo interior (psiquis) es el correlato inevitable de nuestra realidad exterior. Caras de una misma moneda. Freud publica La interpretación de los Sueños en 1900, en medio de una sociedad puritana con amplia represión de lo sexual. ¿Será nuestra sociedad distinta? ¿O seguiremos cuestionando la legitimidad de nuestra sexualidad?
Los sueños hablan de nuestra historia personal, el pasado, pero también de las historia de la humanidad (inconsciente colectivo). Lo importante es que hablan principalmente, de nuestro futuro. Hablan del futuro como invitándonos a participar de él. Jung advierte: lo que no se hace conciencia se transforma en destino. Podemos, si queremos ser copartícipes, modificar o adaptarnos a lo que viene.
Según lo que muestran nuestros sueños... ¿Cómo serán nuestros vínculos? ¿Qué es lo que anticipan en cuanto a evolución de la sexualidad? ¿Será la gestación futura de probeta, seremos clonados? Podemos leer nuestros sueños sexuales como formas anticipatorias de futuros vínculos, de futuras maneras de relacionarnos amorosamente con el otro. ¿Es el sexo una forma de comunión con Dios? ¿O es incompatible con la espiritualidad? ¿Podremos restituir la sacralidad que hemos profanado?
Nuestros sueños intentan responder a estas preguntas. Nos invitan a atrevernos a modelar nuevas maneras de encontrarnos con los otros, quizás para que no sean tan "otros" y podamos encontrar formas de relación YO-TU más armoniosas. Tal vez vengan a ayudarnos a entender que estamos más unidos a los otros de lo que nos atrevemos a pensar o sentir.