sábado, mayo 26, 2007

Agua

El Agua, es un símbolo arquetípico, que se encuentra representado en todas las culturas con un rol importante. Es un símbolo del inconsciente por excelencia, el agua en todas sus formas, sugiere las profundidades de la imaginación.

El agua constituye uno de los cuatro elementos y es fundamental para la vida. Es un símbolo de la vida del soñador, se puede decir que sin agua no hay vida. El agua esta presente en todos los momentos de la vida y es utilizada no solo para poder generar vida, sino también forma parte de todas las consagraciones humanas.

La importancia de este elemento creador y conservador, solo donde existe el agua se desarrolla y se mantiene la vida, se expresa vigorosamente en la simbología onírica.

Los sueños de agua, llevan a nuestro mundo inconsciente, a nuestras profundidades, a emociones que nos acarician o nos desconciertan, depende de: si el agua esta tranquila y limpia, agitada o sucia, o aún mas, inmóvil y estancada. En nuestros sueños se asocia con los estados de ánimo y el fluir de la energía emocional. El inconsciente, representado obsesivamente por los sueños de agua, reivindica una atención particular: el soñador debería escuchar más atentamente la propia voz interior, el propio universo emocional.

El agua se consideraba en la antigüedad como símbolo de la resurrección y de la vida.

domingo, mayo 06, 2007

Los sueños y la realidad.


A veces existe escasa relación entre los sucesos de los sueños y los de la vida real. Puede que en nuestra vida diurna estemos experimentando estrés y ansiedad, por ejemplo, pero que por otro lado estemos gozando de sueños eufóricos; otras veces, el éxito y la felicidad diurnos parecen socavados por sueños sombríos.

Esta incongruencia aparente puede ser sencillamente un desfase, que refleja un retraso por parte del inconsciente en cuanto a su capacidad de absorber y responder a los acontecimientos del día. También puede indicar una falta de comunicación entre los niveles consciente e inconsciente de nuestro psiquismo. Con mayor frecuencia, sin embargo, la discrepancia viene dada por el instinto natural de la mente inconsciente de compensar los extremos de humor experimentados en la vigila.

El nivel inconsciente tiende a ser cauto en tiempos de alegría, y optimista frente a decepciones conscientes: los sueños son uno de los útiles de que puede servirse para mantener el equilibrio en nuestro mundo interior.

Al ponernos en contacto con el inconsciente, los sueños tienen la facultad de iluminar zonas envueltas en la oscuridad, garantizando que mantengamos el equilibrio. En un sentido real, nos ayudan a afrontar los altibajos de la vida cotidiana.

Esta ayuda se puede buscar activamente, en lugar de esperar pasivamente que llegue hasta nosotros, inventando un sujeto soñante que se pasee por nuestra mente durmiente. Nuestro sujeto soñante es como el compañero imaginario que podamos haber tenido de niños. Tal ayudante de sueño puede representar la persona que aspiramos ser, o un aspecto no reconocido de nuestro propio yo.