El Agua, es un símbolo arquetípico, que se encuentra representado en todas las culturas con un rol importante. Es un símbolo del inconsciente por excelencia, el agua en todas sus formas, sugiere las profundidades de la imaginación.
El agua constituye uno de los cuatro elementos y es fundamental para la vida. Es un símbolo de la vida del soñador, se puede decir que sin agua no hay vida. El agua esta presente en todos los momentos de la vida y es utilizada no solo para poder generar vida, sino también forma parte de todas las consagraciones humanas.
La importancia de este elemento creador y conservador, solo donde existe el agua se desarrolla y se mantiene la vida, se expresa vigorosamente en la simbología onírica.
Los sueños de agua, llevan a nuestro mundo inconsciente, a nuestras profundidades, a emociones que nos acarician o nos desconciertan, depende de: si el agua esta tranquila y limpia, agitada o sucia, o aún mas, inmóvil y estancada. En nuestros sueños se asocia con los estados de ánimo y el fluir de la energía emocional. El inconsciente, representado obsesivamente por los sueños de agua, reivindica una atención particular: el soñador debería escuchar más atentamente la propia voz interior, el propio universo emocional.
El agua se consideraba en la antigüedad como símbolo de la resurrección y de la vida.
El agua constituye uno de los cuatro elementos y es fundamental para la vida. Es un símbolo de la vida del soñador, se puede decir que sin agua no hay vida. El agua esta presente en todos los momentos de la vida y es utilizada no solo para poder generar vida, sino también forma parte de todas las consagraciones humanas.
La importancia de este elemento creador y conservador, solo donde existe el agua se desarrolla y se mantiene la vida, se expresa vigorosamente en la simbología onírica.
Los sueños de agua, llevan a nuestro mundo inconsciente, a nuestras profundidades, a emociones que nos acarician o nos desconciertan, depende de: si el agua esta tranquila y limpia, agitada o sucia, o aún mas, inmóvil y estancada. En nuestros sueños se asocia con los estados de ánimo y el fluir de la energía emocional. El inconsciente, representado obsesivamente por los sueños de agua, reivindica una atención particular: el soñador debería escuchar más atentamente la propia voz interior, el propio universo emocional.
El agua se consideraba en la antigüedad como símbolo de la resurrección y de la vida.
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