lunes, marzo 19, 2007

No hay nada mas universal que nuestros sueños

Todo lo que vemos y sentimos a nuestro alrededor, las montañas, los valles, los ríos, todo lo hemos soñado. Las estrellas, el sol, la luna, la tierra, la risa, las lágrimas y los niños, todo empezó con un sueño. Por la noche, en todo el mundo, los seres humanos cierran sus ojos, abandonan sus mentes diurnas y se dejan transportar a una tierra diferente.

¿Podemos Volar? ¿Podemos saltar por encima del abismo del tiempo y hacer visitas lejanas? ¿Podemos cambiar nuestra forma en un destelo de pensamiento, o fundirnos en el océano o en una montaña? ¿Podemos reunirnos y hablar con aquellos que han muerto o con los que aún no han nacido?
Por supuesto que podemos; hacemos estas cosas todo el tiempo en nuestros sueños. Podemos levantar un rascacielos sobre un lecho de nubes, viajar mas allá de la velocidad de la luz al fin de la galaxia, bailar o nadar en un mar sin fondo.

Pero soñar es soñar y despertar es despertar, desde nuestra infancia hemos mantenido esto bien separado. Hasta en el idioma reconocemos la diferencia entre los dos: “Un sueño es solo un sueño” “Debes estar soñando” “Es un lindo sueño” “Sigue soñando” “Eres un soñador” “Solo es un sueño”.

En Occidente hemos aprendido que los sueños, no son reales. Nos han enseñado que son las proyecciones de la mente en vigilia, por un cumplimiento de un deseo, del subconsciente.
A fin de cambiar nuestro pensamiento, primero debemos cambiar un poco nuestro idioma. La mayoría de nosotros cree que la conciencia está relacionada con la situación de estar despiertos. De manera similar, tendemos a considerar la inconsciencia como la característica de un estado de sueño.

Al referirnos a los sueños como inconsciente, decimos que los sueños son, o bien inferiores a la conciencia o no tienen ningún tipo de conciencia.

Nos han enseñado a creer que los sueños son malos o irreales, pero una creencia no necesariamente tiene que ser la verdad. Las creencias son cosas que nos enseñan, pero las verdades son las que descubrimos. De alguna manera, creemos que nuestros ojos nos dicen qué es lo real. “Abra sus ojos”, es otra manera de decir: “Mire la realidad”.

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